Humberto Rosa, el delegado en jefe de Portugal y actual presidente de la Unión Europea, dijo que las charlas que serán organizadas por la administración de Bush en Hawai en enero "no tendrán sentido" si no se llega a ningún acuerdo esta semana en la conferencia que se realiza en la isla de Bali.
El ministro de medio ambiente de Alemania, Sigmar Gabriel, dijo aquí a los periodistas: "Que no haya resultados en Bali significa que no habrá un Encuentro de la Principales Economías", que es el nombre formal propuesto para la reunión organizada por Estados Unidos.
El objetivo del encuentro de Bali, del que participan delegados de 190 países y que finaliza hoy, es llegar a acordar una "hoja de ruta" para un futuro acuerdo sobre cómo reducir la emisión de los llamados gases de efecto invernadero.
El creciente rencor entre la Unión Europea y los Estados Unidos alcanzó su mayor expresión cuando el ex vicepresidente estadounidense Al Gore dijo a los delegados en un discurso: "Mi propio país, los Estados Unidos, son el principal responsable de la obstrucción del progreso aquí, en Bali".
Gore llegó a Bali tras participar de una conferencia en Noruega, donde recibió el Premio Nobel de la Paz junto con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático por su trabajo en ayudar a advertir al mundo sobre el peligro del calentamiento global. Gore urgió a los delegados que suscriban aquí a un acuerdo de final abierto que pueda ser mejorado cuando la administración de Bush deje el gobierno y la política de los Estados Unidos cambie.
"En los próximos dos años, los Estados Unidos van a estar en otra parte en la que no están ahora -dijo Gore-. Tienen que anticiparse a ello."
"Creo que se equivoca", respondió a Gore la vocera de la Casa Blanca, Dana Perino, y afirmó que las declaraciones europeas sobre un posible boicot a la propuesta reunión sobre cambio climático en Hawai no son "constructivas".
Aquí en Bali parece existir un amplio consenso entre los delegados de que un nuevo acuerdo sobre cambio climático debería estar listo para 2009, a tiempo para reemplazar al Protocolo de Kyoto firmado en 1997, el actual acuerdo que limita las emisiones de todos los países ricos, con excepción de los Estados Unidos, que frimó el acuerdo de Kyoto pero se negó a adoptarlo.
Pero aún existen enormes diferencias en torno a cómo compartir la carga del cambio que implica alejarse de los tipos de energía que contribuyen al calentamiento terrestre.
Los Estados Unidos y la Unión Europea siguen estando en desacuerdo en los principales puntos, que incluyen la discusión de si el acuerdo que será firmado aquí debe considerar metas numéricas, idea a la que los Estados Unidos y otros pocos países, entre ellos Rusia, se oponen.
Las economías emergentes poderosas, principalmente China y la India, también se niegan a aceptar límites a sus emisiones, a pesar de las proyecciones de que pronto se convertirán en las principales fuentes de gases de efecto invernadero.
Los desacuerdos existen en una amplia gama de temas y entre numerosos bloques de países, pero los Estados Unidos han sido blanco de fuertes críticas aquí por parte de países ricos y pobres, e incluso por asociaciones ambientalistas norteamericanas.
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