domingo, 9 de diciembre de 2007

Un tercio de los argentinos reconoce que sabe “poco o nada” sobre el sida


Caramelito. La conductora, en un acto solidario.

Sin importar clase social o nivel de ingreso, casi todos los argentinos evalúan que el sida es un problema entre “bastante” y “muy grave” para el país. Sin embargo, ese análisis no siempre es internalizado debidamente, ya que cerca de seis de cada diez personas confiesan que jamás se realizaron el test que podría determinar si son portadores o no del virus que causa la enfermedad, con argumentos curiosos como “no es necesario para mí”, “no se me ocurrió”, “no tuve oportunidad de contagio”, “estoy seguro de que mi pareja no está infectada”, “no me lo recomendó el médico” y hasta el inverosímil “no tengo tiempo”.

Por si eso fuera poco, el 32% se declaró “poco o nada” informado sobre la enfermedad. Un dato preocupante, si se tiene en cuenta que se trata de un mal que afecta a 40 millones de personas en el mundo. Y no se detiene.

Los datos son resultado de una encuesta en 1.005 personas llevada a cabo por la consultora TNS Gallup sobre actitudes y opiniones de los argentinos en relación con el sida.

“Se trata de información muy interesante”, opinó, consultado por este diario, Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped y de la Sociedad Internacional de Sida. “Si el 93% identifica al asunto como muy importante, pero no se informa y no se hace el test, es porque se lo sigue considerando un problema ‘de los otros’ y entonces la gente se da el lujo de no estar informada o de no hacerse el análisis”, analizó el especialista.

Números. Dentro de esa disociación entre lo peligrosa que se considera la enfermedad y la actitud individual frente a ella, se destaca un dato de la encuesta que demuestra una pequeña mejoría en cuanto a la toma de conciencia. Mientras que en un sondeo similar en 2000, el 73% de los consultados indicó que “no necesitaba cambiar su comportamiento” para evitar el contagio, hoy esa cifra se redujo al 60%. Con todo, a pesar del avance, el número de quienes se sienten omnipotentes sigue siendo alto.

Además de la debida prevención, la clave en relación al sida sigue siendo intentar que más gente se haga el análisis para determinar su situación serológica. Ocurre, por ejemplo, que en la Argentina habría unas 130.000 personas portadoras del VIH/sida, pero dos tercios aún no lo saben y por lo tanto no reciben el tratamiento. “Todavía nos falta recorrer mucho camino respecto de la prevención y de la estimulación del testeo, por eso una de nuestras campañas en la Fundación Huésped va en este sentido”, indicó Cahn.

Casi todos los encuestados por TNS Gallup (96%) estuvieron en condiciones de reconocer al menos una de las formas en las que es posible la transmisión del sida. La vía sexual fue la más mencionada (86% de modo espontáneo); la vía sanguínea la señaló la mitad de los consutados; y sólo un 19% mencionó el hecho de compartir jeringas y agujas. Casi nadie, apenas un magro 3%, se refirió a la transmisión de madre a hijo, denominada “transmisión vertical”.

A la hora de mencionar un dispositivo de seguridad, el 77% colocó al preservativo en primera instancia.

Para Ricardo Manuel Hermelo, director de Opinión Pública de TNS Gallup, el estudio, realizado para la empresa L’oreal Argentina, “muestra que afortunadamente existe una alta conciencia en la población acerca de la gravedad del sida en el país. Pero a la vez notamos que es necesario seguir trabajando en materia de educación. Sobre todo en los estratos de menor poder adquisitivo, y en los residentes del Gran Buenos Aires y del interior del país, quienes se muestran menos informados”.

Problema global

Según los últimos datos de la ONU, hay 40 millones de personas en el mundo que viven con VIH. En la Argentina, son unas 130 mil.

Pese a que el análisis médico es confidencial y gratuito en todos los hospitales públicos, 2 de cada 3 infectados desconocen su situación. Por eso acceden tarde al tratamiento y contribuyen, sin quererlo, a expandir la epidemia.

Por cada 3 hombres infectados, hay 1 mujer.

“Sigue habiendo discriminación laboral”

En 1994 tener un diagnóstico de sida significaba casi un certificado de muerte. Y. W., un joven corredor de bolsa con un futuro promisorio, se enteró de que tenía la enfermedad de la peor manera: iba a ser tomado por un importante banco, pero en los exámenes prelaborales le pidieron un análisis de VIH. Y nunca lo contrataron. Su problema no fue sólo en ese banco; jamás pudo volver a insertarse en el mercado laboral y tuvo que encarar su propio microemprendimiento para sobrevivir.

La historia la cuenta Sebastián Vázquez Montoto, presidente de la asociación civil Adolescentes por la Vida, y el ejemplo sirve para señalar que, 13 años después, “se sigue discriminado laboralmente a los portadores”. “Es muy importante tener en cuenta que es un delito pedir el análisis de VIH en el examen preocupacional, sea con consentimiento o no de parte del futuro empleado”, dijo. Y añadió: “Ningún empleador tiene derecho a practicar esa prueba porque encubre una posible discriminación”,
recalcó.

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