Esta terapia surge en la década del 40, de la mano de Fritz Perls, psicoanalista que se aleja del círculo de Freud y, tras publicar el libro Ego, hambre y agresión, inaugura esta escuela. El enfoque de la gestalt es holístico: busca percibir los objetos y los seres vivos como totalidades. Entre sus conceptos básicos se encuentran el “aquí y ahora” (énfasis en el presente y en lo real) y el “darse cuenta” (entrar en contacto natural y espontáneo con lo que uno es). El psiquiatra chileno Claudio Naranjo, considerado uno de los tres discípulos más cercanos de Fritz Perls, fue una importante figura en la divulgación de estos principios. Adriana Schnake, que reconoce en muchos de sus libros la influencia de Naranjo, es hoy una de las representantes más destacadas de la gestalt en el mundo de habla hispana.
Adriana “Nana” Schnake vendrá a Buenos Aires para presentar Enfermedad, síntoma y carácter , su último libro (editado por Del Nuevo Extremo y Cuatro Vientos).
Un enfoque integral
“He buscado algún método más eficiente, un modo de trabajar que diera resultados con más rapidez y claridad.” Así explica la Nana su acercamiento a la psicología gestalt, en el marco de la cual desarrolló lo que ella llama “el enfoque holístico de la salud y la enfermedad”. Básicamente, su método apunta a explorar elementos de la personalidad a partir del “diálogo” con algún órgano que manifiesta determinada enfermedad. No lo propone como una medicina alternativa, sino como algo que puede ayudar a la sanación y al crecimiento personal. “Una de las cosas más positivas que tiene este trabajo es que, conociendo al órgano enfermo, la persona se da cuenta de que rechaza ciertos aspectos de su personalidad –explica–. Luego viene el trabajo: ver cómo es que ese ser humano decidió ser quien es, dejando de lado características que pueden ser esenciales.”
–¿Cómo es su participación en los grupos terapéuticos?
–¿Sabes lo que es el tai chi? Pues bien, yo sigo a las personas como en un tai chi (arte marcial chino basado en secuencias de movimientos continuados y muy suaves). Las acompaño en su diálogo con el órgano enfermo, las ayudo a darse cuenta de cuál es su participación en esa dolencia. Si tienen una idea muy errónea acerca de cómo es ese órgano, les ofrezco información; las ayudo a representarlo: ser su pulmón, su corazón, su colon. No les impongo una meta, sino que dejo que cada uno llegue hasta donde pueda en ese momento.
–¿Qué opina de un trastorno tan frecuente hoy como la depresión?
–Cuando Kierkegaard escribió La enfermedad mortal, la describió como “la destrucción del yo en un vano intento de hacerlo autosuficiente”. Hay algo muy omnipotente, exigente y desafiante en la depresión. Creo que este yo hipertrofiado que da la depresión posiblemente es el mismo yo omnipotente que puede favorecer a las células oncológicas, que son igualitas a él. Por eso la depresión y el cáncer han aumentado tanto en el mundo, porque la sociedad actual nos ofrece todo el tiempo la sensación de no tener límites, la ilusión de ser autosuficientes.
Para saber más
Fuente: La Nación
viernes, 14 de diciembre de 2007
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