viernes, 16 de noviembre de 2007

Mas ahorro de parte del estado.

Uno de los ejes, se explicó, será "reforzar el superávit fiscal en un punto o un punto y medio porcentual" del PBI el año próximo. Este año, el superávit en las cuentas públicas terminará cerca del 3,15% del PBI, pero se estima que cerca de un punto del total lo aportarán los recursos generados por los traspasos de los afiliados de las AFJP al sistema previsional público (que se ubican en torno de los $ 7600 millones). En el presupuesto para el año próximo se prometió un nivel de ahorro similar, aunque la presidenta electa dejó trascender su intención de que esa cifra se estire al 4%, sin brindar mayores detalles sobre cómo conseguirlo. Al respecto, el saliente equipo económico de Miguel Peirano -que ayer llamó a Lousteau para felicitarlo y ponerse a su disposición para la transición- había empezado a trabajar sobre las alternativas para que en el último bimestre del año el aumento del gasto bajase al 40% mensual, frente a un promedio cercano al 60% registrado desde enero de este año. En octubre, el superávit fiscal, según las proyecciones oficiales, se habría ubicado cerca de los $ 1700 millones, con una fuerte caída respecto de los $ 2142 millones del mismo mes de 2006, aunque tal vez se sumen algunos recursos de las AFJP para "maquillar" este resultado, que debe difundirse la semana próxima. En el mes de las elecciones presidenciales, el gasto corriente creció cerca del 45% y las jubilaciones, un 55%, mientras que el gasto de capital subió 25 por ciento. Pese a que no adhiere a una visión ortodoxa, Lousteau cree que el ancla fiscal es una de las herramientas más importantes para reducir las expectativas inflacionarias, y por eso habrá que ver cómo logra frenar el descontrolado aumento del gasto, que en general se ha manejado por fuera del presupuesto con los "superpoderes" que reposan en la Jefatura de Gabinete. En el libro Sin Atajos , que escribió con Javier González Fraga, Lousteau señaló que "una adecuada política fiscal también es importante para no recalentar la economía". En ese trabajo académico indicaron que la economía argentina gozaba de suficientes resguardos para no recaer en una crisis -superávit gemelos (fiscal y comercial), altas reservas en el Banco Central y un conveniente perfil de vencimientos de la deuda-, aunque ahora se cree que "esos colchones ya no son tan fuertes. Un punto y medio adicional de superávit fiscal significa ganar $ 12.000 millones para mantener el tipo de cambio competitivo sin tantas presiones inflacionarias", se indicó cerca del nuevo ministro. El otro eje de la lucha contra la inflación debería ser la política monetaria, aunque el Gobierno se resiste a un aumento agresivo de las tasas de interés al considerar que generaría un fuerte ingreso de capitales de corto plazo y, por lo tanto, una apreciación excesiva del peso, con la consecuente pérdida de competitividad para la economía. Al respecto, se cree que "hay que seguir en la línea adoptada por el Banco Central en los últimos meses, que a través de las tasas de interés trata de incentivar el ahorro y penalizar el consumo", aunque se lo haga en voz baja para no generar malhumor en el poder político. Estas decisiones deberían derivar en "una extensión del horizonte de inversión", de modo de acercar la oferta a la expansión que viene experimentando la demanda. "El crecimiento del gasto público está asociado a la evolución de la demanda agregada más que a la de la deuda pública", se explicó.
Quiere que el superávit sea 4% del PBI
LANACION.com Política Viernes 16 de noviembre de 2007

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