jueves, 8 de noviembre de 2007

El mundo enfrenta una difícil decisión.

Financial Times
(Nota: Michael Meacher renunció al gobierno de Blair, en protesta, en junio de 2003)

Las 3 principales regiones productoras de petróleo son OPEC, la antigua Unión Soviética, y el resto del mundo. De acuerdo a los informes presentados en las recientes reuniones anuales de la Asociación para el Estudio de Petróleo Máximo, se espera que la producción futura de OPEC alcance el máximo en el 2020 con aproximadamente 40-45m bpd. Luego de la baja producción de la antigua Unión Soviética en los `90, ha surgido un nuevo hallazgo en Siberia oriental y Sakhalin, que sumado a los nuevos descubrimientos en el Caspio, producirán un máximo de alrededor de 10m bpd para el 2010. Si combinamos los modelos para OPEC, la antigua Unión Soviética y el resto de los 40 o más principales países productores de petróleo, se obtiene una recuperación final de petróleo en el mundo -pasada y futura- de aproximadamente 2.200bn barriles, con una producción que alcanzará un máximo de 80m bpd aproximadamente entre los años 2010 y 2020. A lo anterior se puede agregar el petróleo no convencional y otros líquidos que se suman a la producción comercial por la elevación del precio del petróleo a medida que se hace más escaso. Éstos incluyen petróleo de carbón y esquisto, betún y derivados sintéticos, petróleo pesado y extra-pesado, petróleo de aguas profundas, petróleo polar, y líquidos de campos y plantas de gas. Estas fuentes podrían producir una recuperación final de cerca de 800bn barriles y en el año 2050 podría llegar a un máximo de aproximadamente 20m bpd, aunque con un costo mucho mayor. Sin embargo, el modelo combinado de todas las fuentes anteriores sugiere un máximo de aproximadamente 90m bpd para el 2015.

Actualmente, gozamos de una producción diaria de 75m bpd; pero para satisfacer la demanda proyectada para el año 2015 necesitaríamos abrir nuevos yacimientos petrolíferos que puedan proporcionar un adicional de 60m bpd. Esto es francamente imposible, puesto que se necesitaría el equivalente a más de 10 nuevas regiones del tamaño del Mar del Norte. Probablemente Irak, con enormes nuevas inversiones, haría aumentar la producción en 6m bpd, y el resto del Medio Oriente estaría en condiciones de hacer lo mismo. Pero pensar que el resto del mundo podría producir un extra de 40m barriles, sería simplemente un sueño. Según estos cálculos, el estallido del petróleo se produciría entre el 2010 y el 2015, o quizás antes. Las reservas en los yacimientos petrolíferos super-gigantes y gigantes del mundo están disminuyendo a un promedio de 4-6 % al año. Ya no quedan más regiones fronterizas por explorar, excepto los polos Norte y Sur. La producción de petróleo crudo no convencional ya se ha iniciado a enormes costos en el cinturón Orinoco de Venezuela, en las arenas de alquitrán de Athabasca en Canadá y en aguas ultra-profundas. Sin embargo, ninguna alternativa de energía primaria puede reemplazar al petróleo y al gas en un corto a mediano plazo. Las consecuencias son impensadas, ya que el petróleo suministra el 40% de toda la energía comercializada y no menos del 90% del combustible para el transporte. Pero no sólo las industrias de vehículos motorizados y la agricultura dependen del petróleo, sino también la defensa nacional. El petróleo acciona la vasta red de aviones, tanques, helicópteros y barcos que representan la base de los armamentos de cada país. Es difícil prever los efectos de una reducción radical de las reservas de petróleo en una economía y sociedad moderna; pero es justamente lo que está ocurriendo ante nuestros ojos.

El mundo enfrenta una difícil decisión. Puede continuar en el actual camino de creciente consumo de petróleo, tratando de ocupar anticipadamente todas las reservas remanentes de petróleo, con la fuerza militar si es necesario, sin evitar un agotamiento constante de la capacidad global; o en cambio podría utilizar fuentes renovables de energía, estándares mucho más rigurosos de eficiencia de la energía, y disminuir el nivel de consumo de petróleo. Este último camino involucraría enormes inversiones en generación de energía y tecnologías de transporte.

La respuesta estadounidense a este dilema es realmente sorprendente. El informe del Departamento Nacional de Energía preparado en Mayo de 2001 por Dick Cheney, vicepresidente de EEUU, proponía la explotación de reservas no perforadas en áreas salvajes protegidas dentro del territorio estadounidense, especialmente en el Refugio Nacional Ártico de Fauna en el noreste de Alaska. El rechazo de esta propuesta extremadamente polémica obligó al presidente George W. Bush, reticente a poner freno a la sed cada vez mayor de los estadounidenses por el petróleo, a echar pie atrás en un discurso en la Casa Blanca y aceptar la necesidad de aumentar las importaciones de petróleo de proveedores extranjeros.Fue una decisión fatal. Esto significa que sólo en los EEUU las importaciones de petróleo o de otras fuentes de petróleo como líquidos de gas natural, tendrán que aumentar de 11m bpd a 18.5m bpd para el año 2020. Desde entonces, para asegurar ese incremento de petróleo importado (3/4) el equivalente al actual consumo total de China e India juntos¾ se ha desarrollado una integrada estrategia militar del petróleo en los EEUU. No obstante, hay una debilidad fundamental en esta política. La mayoría de los países que EEUU considera como fuentes para aumentar su suministro de petróleo experimentan profundos conflictos internos, un fuerte anti-americanismo, o ambos. Iraq es sólo el primer ejemplo del costo ;tanto económico como de vidas humanas; de oponer resistencia o enfrentar guerras del recurso en regiones claves productoras de petróleo, un costo que incluso los EEUU podría considerar insostenible.

La conclusión es clara: si no realizamos un plan inmediato para utilizar energía renovable ;en forma más rápida y con un respaldo muchísimo mayor de inversión que el previsto actualmente; la civilización se enfrenta al quiebre más agudo y quizás más violento en la historia reciente.

El autor (Michael Meacher) fue ministro de medio ambiente del Reino Unido desde 1997 a Junio de 2003.

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